La Alianza de Civilizaciones, la multiculturalidad y otras zarandajas que nos vende como positivas nuestro ‘amigo’ Zapatero, han dejado de darme risa. Han sido tantas las mentiras, los engaños, las falsedades y embustes, que una parte muy importante de la sociedad española se ha creído que el Islam es una religión de paz con la que hay que entenderse.
Cortar manos y brazos, amputar clítoris a las jovencitas, colgar a los homosexuales, ponerles una caperuza a las mujeres para que no se vea su cara y fustigar libremente a quien no rece cara a la Meca, deben ser asuntos loables para estos progres que, lejos de ver estas torturas en televisión, se han empeñado en importarlas al ‘viejo continente’ para así poder partirnos mejor la cara a las mujeres, o cortar las manos de aquellos que las utilizan como arma arrojadiza escribiendo y denunciando lo que realmente está pasando en España y Europa.
Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad en Holanda, se ha empeñado en mostrar a todo el mundo la verdad sobre el Islam. Wilders compara el Corán con el libro que escribió Adol Hitler, Mi lucha, y cree que habría que prohibirlo de inmediato. Dice Wilders que “el Corán es un libro que hasta el día de hoy instiga a cometer los actos más terribles, desde acciones terroristas hasta castigos al estilo Sharia. Así que mi intención es mostrar a la gente que se trata de un libro que no sólo se tomaba en serio hace mil quinientos años sino aún hoy, en la realidad actual.”
Estos días, como hace unos años, hemos podido ver a los inmigrantes musulmanes quemar automóviles en París al grito de ‘Ala Akbar’, e incluso, como en aquella ocasión, a algunos les pareció oportuno intentar quemar alguna iglesia de la zona.
Los ‘progres’ definen nuestra sensación de inseguridad y nuestro intento por proteger a nuestras familias como xenofobia; es decir, según la izquierda española, los extranjeros no nos gustan y todo lo que viene de fuera nos da sarpullido. Así de fácil, así de sencillo.
Además, si crees que los islamistas no son gente ‘guay’ y ponerse chilabas y dejarse barba tipo Bin Laden no está a la moda, eres una pedazo de racista. Y si a eso le sumamos que no me gusta nada la Ley de Memoria Histórica… pues, además, facha.
Facha, xenófoba y racista.
La verdad, nos vendría bien un Geert Wilders en España que hablase claro. Lamentablemente, no lo hay. El Partido Popular debería dejarse de complejos, asumir ese papel y romper con el discurso ‘buenista’ de la izquierda.
En España, el PP, si no va con cuidado, verá crecer a quien asuma ese mensaje; no se bien si a izquierda o derecha, pero de lo que si estoy segura es de su aparición.
Cortar manos y brazos, amputar clítoris a las jovencitas, colgar a los homosexuales, ponerles una caperuza a las mujeres para que no se vea su cara y fustigar libremente a quien no rece cara a la Meca, deben ser asuntos loables para estos progres que, lejos de ver estas torturas en televisión, se han empeñado en importarlas al ‘viejo continente’ para así poder partirnos mejor la cara a las mujeres, o cortar las manos de aquellos que las utilizan como arma arrojadiza escribiendo y denunciando lo que realmente está pasando en España y Europa.
Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad en Holanda, se ha empeñado en mostrar a todo el mundo la verdad sobre el Islam. Wilders compara el Corán con el libro que escribió Adol Hitler, Mi lucha, y cree que habría que prohibirlo de inmediato. Dice Wilders que “el Corán es un libro que hasta el día de hoy instiga a cometer los actos más terribles, desde acciones terroristas hasta castigos al estilo Sharia. Así que mi intención es mostrar a la gente que se trata de un libro que no sólo se tomaba en serio hace mil quinientos años sino aún hoy, en la realidad actual.”
Estos días, como hace unos años, hemos podido ver a los inmigrantes musulmanes quemar automóviles en París al grito de ‘Ala Akbar’, e incluso, como en aquella ocasión, a algunos les pareció oportuno intentar quemar alguna iglesia de la zona.
Los ‘progres’ definen nuestra sensación de inseguridad y nuestro intento por proteger a nuestras familias como xenofobia; es decir, según la izquierda española, los extranjeros no nos gustan y todo lo que viene de fuera nos da sarpullido. Así de fácil, así de sencillo.
Además, si crees que los islamistas no son gente ‘guay’ y ponerse chilabas y dejarse barba tipo Bin Laden no está a la moda, eres una pedazo de racista. Y si a eso le sumamos que no me gusta nada la Ley de Memoria Histórica… pues, además, facha.
Facha, xenófoba y racista.
La verdad, nos vendría bien un Geert Wilders en España que hablase claro. Lamentablemente, no lo hay. El Partido Popular debería dejarse de complejos, asumir ese papel y romper con el discurso ‘buenista’ de la izquierda.
En España, el PP, si no va con cuidado, verá crecer a quien asuma ese mensaje; no se bien si a izquierda o derecha, pero de lo que si estoy segura es de su aparición.
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