El Casar

¿Por qué un comunista no pude ser rico se pregunta el nuevo oligarca de los medios de comunicación de la izquierda? Así se manifiesta Jaime Rorures, jefe de Mediapro, el nuevo emperio mediático impulsado por Zapatero, en una entrevista concedida a Liberatión. “¿Por qué un comunista no podría pensar en comer? Tiene gracia, no se plantea este tipo de contradicciones a un católico”, dice este aspirante a Polanco II.
Y vaya si ha comido a base de bien. La Sexta nació de una Ley de 2005 diseñada por Barroso, entonces secretario de Estado de Comunicación. José Miguel Contreras, consejero delegado del nuevo canal, ha sido socio de Barroso en varios proyectos. Ambos han colaborado en campañas electorales de líderes socialistas como Trinidad Jiménez o Miguel Sebastián. El 18 de marzo de 2006, Roures declaró que a través de Mediapro-Globomedia, se pusieron sobre la mesa 140 millones de euros para que La Sexta viera la luz… Y apostilló “queremos ver ganancias antes de 2010″. Según Cinco Dias, contaba a cierre del ejercicio 2007 con obligaciones de pago por 2.543 millones de euros relacionadas con la adquisición derechos audiovisuales de eventos deportivos hasta la temporada 2014/2015. En 2007 Roures lanza el diario Público, operaciones de todas de gran calado capitalista para las que cuenta con financiación del Institut Català de Finances, del Instituto de Crédito Oficial y de los principales bancos privados. ¿No está mal para un comunista que sólo pide poder pensar en comer, verdad?
Pero Roures justifica sus coqueteos capitalistas. “Yo no trabajo, yo milito”, “yo hago dinero para servir a mis ideas”. Con lo cual ya podemos concluir sin miedo a equivocarnos cual es la finalidad última de Público y la Sexta, informar y entretener, desde luego que no. ¿Y cuales son las ideas de Roures? Roures, ex militante de la LCR y la IV Internacional, asegura que “mis ideas no han cambiado” y que “la crisis actual demuestra la debilidad del capitalismo y otorga actualidad a Marx”. Estos son los amigos de Zapatero, ya lo dijo, “Yo, afortunadamente, puedo tener amigos en muchos campos, incluso en los medios de comunicación. Tengo amigos en todos los grupos. Por lo menos yo creo que tengo amigos”.
Eso sí el señor Roures soporta difícilmente a la “derecha reaccionaria” y esa cultura política “marcada por la intolerancia, la falta de diálogo y respeto hacia el otro”. Reconoce ahí una parte de la herencia franquista. Otros quizás lo que no soportamos es a esa izquierda-caviar, hipócrita hasta la nausea, que se llena los bolsillos salvando a los proletarios del mundo del fascismo y la reacción. Esa izquierda nostálgica del marxismo y el gulag, que en vez de insultar y burlarse de la derecha debería aprender lo que significa democracia, libertad de pensamiento, pluralismo y respeto por quien no piensa como ellos.